viernes, 4 de marzo de 2011

Paco Poyo se ganaba la vida vendiendo periódicos. A golpe de calcetín recorría las calles de la ciudad de México en la primeras décadas del siglo XX. Un buen día , un misterioso personaje le ofrece comprarle todos sus periódicos a cambio de entregar un mensaje a cierto paciente de un hospital. Al principio la misión parecía fácil y divertida, pues había que disfrazarse de catrín, pero Paco nunca imaginó que ese trabajito lo conduciría a aparecer él mismo en los titulares de los diarios que vendía.
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